Cuando
se habla de la Segunda Guerra Mundial, el holocausto judío o Shoa es conocido
por la mayoría de la gente.
Pocos
saben también el precio que pagaron los rusos, ya fue de casi cuarenta millones
de muertos por hambre y frío.
De
las minorías europeas de orígenes étnicos distintos como los musulmanes o los
gitanos nadie habla. Nadie los recuerda. Muchos de ellos de origen Balcánico.
Se
sabe que el asesinato masivo de los gitanos podría ascender casi a dos millones
de muertos.
También
a la Ciudad de México llegaron desde Los Balcanes.
Era
famoso el gitano con su oso negro de Los Cárpatos, su mono araña y su
pandereta. De ahí viene aquella frase de “que baile el oso”.
En
la década de los cuarentas vinieron gitanos andaluces que también andaban
queriendo hacer La América. La mayoría se instaló en los alrededores de la
Plaza Washington de la Colonia Juárez. En la
misma colonia, en
el café Gabi´s se reunían, y era fácil asistir a una sesión de cante jondo.
Ahí
se formaron familias, se hacían negocios, se practicaba el “carterismo”, el
juego de dados y los juegos de manos y navajas, la cartomancia y también se
enamoraban con pasión.
El sismo de 1985, las crisis económicas y la
vida, se los fue llevando a Venezuela, Argentina y Brasil, a veces de regreso a
España, “Café Gabis, ya se van los gitanos”.