Después
de España, el país más taurino es México.
La fiesta brava y el culto al toro viene del hombre
prehistórico, seguramente Neanderthal.
Luego en las islas griegas como Creta, es evidente el
culto al toro que deviene en los personajes mitológicos de la Grecia Clásica.
El
Toro de Minos y el Laberinto son dos ejemplos, el Minotauro otro.
Del Mediterráneo oriental el culto viajó por el sur de
Europa y el Norte de África.
En
España encuentra su hogar definitivo.
La
Fiesta Brava es su manifestación más espectacular.
Pero
hay lugares escondidos, casi secretos, decadentes, olvidados, psiquiátricos,
manicomios con alcohol y entrada y salida libre.
Son
lugares de culto a la Fiesta Brava, pero sobre todo de culto a los toreros
muertos.
Fantasmas
encarcelados en jaulas de cristal para la eternidad. Los carcomen las polillas
y las chinches. Las cucarachas hacen su fiesta en una cocina inoperante, las
mesas rara vez tienen un cliente.
Un
lugar perdido en la memoria.
“La Faena, ¿a dónde irán las memorias?”.