Hay
lugares a los que uno regresa.
Pase
lo que pase y sin importar por qué caminos nos lleve la vida, de una u otra
manera uno regresa.
El
Restaurante Danubio es uno de esos lugares.
Fundado
por Españoles Republicanos que llegaron a México con el exilio que nutrió de
cultura y de gastronomía a México.
En
sus inicios, había sido una auténtica cervecería centro europea propiedad de
una valiente mujer austríaca; el local mantuvo desde entonces, su apariencia y
espíritu.
Es
uno de los grandes clásicos de la Ciudad de México y podemos decir que por sus
mesas ha pasado todo el mundo. Todo mundo.
El
realizador de este capítulo es uno de ellos. Desde su infancia venía aquí con
su familia y sin importar lo que haya sido de su vida, siempre regresa.
Quizá
es porque su vida, de una u otra manera, está relacionada con este icónico
lugar que en el documental se llama “Danubio, Confesión de parte”.